Hemos empezado un nuevo proyecto de trabajo en el aula. Los alumnos/as están muy motivados porque el tema de los animales les llama mucho la atención. Ya conocían a un pollito en la clase, que es un peluche que tenemos y que a principio de curso nos enseñaba canciones y nos ayudó a conocernos y a superar esa etapa difícil de entrada al colegio. Este pollito se llamaba Pito y a partir de ahora vamos a descubrir muchas cosas de su vida.
Hola, soy el Pollito Pito y os voy a contar un cuento:
EL POLLITO PITO
Hace muchos, muchos años, vivía con su familia un pollito llamado Pito. Todos los días Mamá Gallina salía con sus pollitos a pasear. Mamá Gallina iba al frente y los pollitos marchaban detrás.
Pito era siempre el último en la fila. De pronto vio algo que se movía en una hoja. Se quedó asombrado ante lo que vio. Era un gusanito. Mama Gallina y sus hermanos ya estaban muy lejos. Pito al ver que no tenía a su familia cerca se puso a llorar.
- ¡Pío, pío, pío, pío! - ¿Qué te pasa?, preguntó el gusanito.
- Mi mamá y mis hermanos se han ido y estoy perdido.
- No te preocupes amiguito. Vamos a buscarlos, le dijo el gusanito.
- ¡Vamos, vamos!, dijeron los dos.
En el camino se encontraron al gato, quien les preguntó:
- Miau, ¿dónde van?
- Mi mamá y mis hermanos se han ido y estoy perdido, dijo muy triste Pito.
- Yo iré con ustedes a buscarlos, dijo el gato. - ¡Vamos, vamos!, dijeron a coro.
Al rato se encontraron con un perro.
- Guau, ¿hacia dónde se dirigen?, preguntó.
- Mi mamá y mis hermanos se han ido y estoy perdido, dijo llorando Pito.
- Guau, iré con ustedes a buscarlos.
- ¡Vamos, vamos! - dijeron a coro.
Y así el perro, el gato, el gusanito y Pito caminaron y caminaron buscando a Mamá Gallina.
- ¡Pito, Pito! ¿Dónde estás?, gritaba a lo lejos Mama Gallina.
- ¡Es mi mamá!, exclamó Pito. El perro ladró "Guau, guau". El gato maulló "Miau, miau y el gusanito se arrastró. Todos brincaron alegremente. Al fin habían encontrado a Mamá Gallina.
El perro, el gato, el gusanito, Pito y su familia se abrazaron y rieron de felicidad.
- Gracias por cuidar a mi hijo. Los invito a mi casa a comer bizcocho de maíz - dijo Mamá Gallina.
-¡Vamos, vamos! - dijeron todos. Al llegar a la casa Mama Gallina les sirvió el rico bizcocho. Nuestros amigos se lo comieron todo, todo, todo. Y como diría Don Pepín, este cuento llegó a su fin.
FIN
¿Os ha gustado chicos/as? Pues otro día os contaré más cositas sobre mí. Hasta pronto.
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